El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que no está buscando "un alto el fuego" entre Irán e Israel, sino "un fin real" al conflicto.

En declaraciones a los periodistas a bordo del Air Force One durante un vuelo nocturno de regreso a Washington, tras salir de las reuniones del G7 en Canadá, Trump aclaró que buscaba "algo mejor que un alto el fuego. No buscamos un alto el fuego. No dije que buscara un alto el fuego".

Al preguntarle qué era mejor que un alto el fuego, respondió que buscaba el fin del conflicto, que incluiría "una renuncia total" por parte de Irán a su programa nuclear.

En su red Truth Social, el presidente también criticó a su homólogo francés, Emmanuel Macron: "dijo erróneamente que abandoné la Cumbre del G7 en Canadá para regresar a Washington D. C. a trabajar en un alto el fuego entre Israel e Irán. ¡Incorrecto!".

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"No tiene ni idea de por qué estoy ahora de camino a Washington, pero desde luego no tiene nada que ver con un alto el fuego. Es mucho más importante. Sea a propósito o no, Emmanuel siempre se equivoca", agregó.

Trump reveló además que está sopesando la posibilidad de enviar al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y a su enviado al Medio Oriente, Steve Witkoff, para reunirse con las autoridades de Irán.

Israel inició el pasado viernes una oleada de ataques contra instalaciones nucleares iraníes y zonas residenciales de la capital, Teherán.

La representante de la Unión Europa para Política Exterior, Kaja Kallas, afirmó que el consenso en el seno de los 27 es que "la solución diplomática es la mejor forma de abordar el programa nuclear de Irán".

"Europa está dispuesta a desempeñar su papel", señaló en una rueda de prensa tras la reunión por videoconferencia de ministros de Exteriores del organismo para abordar la crisis.

Israel, Estados Unidos y otros países occidentales llevan años presionando a Irán para que frene su desarrollo de armas nucleares. Teherán ha dicho que su programa nuclear tiene motivos civiles y que tiene derecho a desarrollar tecnología nuclear para fines pacíficos.

El Premio de Literatura de No Ficción Manuel Márquez Sterling, que impulsan las editoriales independientes cubanas Memoria y Homagno, fue entregado a la obra “Hoz y cruz: evangélicos, resistencia no violenta y el último régimen totalitario de Occidente (2000-2019) del escritor y periodista Yoe Suárez.

“La verdad es que es un gusto que ambas editoriales puedan hacer una edición de este libro en el que he estado trabajando durante muchos años, desde antes incluso de salir de Cuba -salí al exilio en el año 2022-", dijo a Martí Noticias, Suárez.

El autor documenta cómo los evangélicos se involucraron en la resistencia cívica no violenta contra el régimen cubano, ofreciendo una perspectiva única sobre la lucha por los derechos humanos en la isla.

“Especialmente desde el ámbito de la no violencia, y muy especialmente en el periodo 2018 a 2022, contra políticas estatales que atacaban instituciones como la familia, el matrimonio y derechos fundamentales como la libertad de expresión, la libertad de conciencia, la libertad de asociación y de reunión”, detalló el ensayista.

El jurado, formado por el escritor Rafael Almanza, el periodista Waldo Fernández Cuenca, y el editor Mario Ramírez, señaló que se trata de una investigación, sin precedentes, sobre la participación de este grupo religioso en la lucha cívica nacional.

"La noticia llegó justamente el Día de los Padres y fue una doble alegría. Es un momento también de reflexionar en todo lo que implica escribir un libro con un tema que no es tan acogido por el mainstream. Y bueno, todos los sacrificios también, las madrugadas escribiendo, el tiempo para dedicarle a la familia que es muy, muy importante”, indicó Suárez.

Suárez, nacido en 1990 en la capital cubana, es autor de una decena de libros, entre ellos La otra isla, Charles en el mosaico, El soplo del demonio. Violencia y pandillerismo en La Habana (2018), y Leviatán. Policía política y terror socialista.

También es director del sello independiente Boca de Lobo Editores y realizador del documental Cuba Crucis, en el que refleja la falta de libertad religiosa en la Isla.